lunes, 7 de mayo de 2012

TITANIC (bolígrafo negro sobre papel)



Con motivo del centenario del hundimiento más famoso de la historia, quise hacer este dibujo, utilizando únicamente un bolígrafo negro, sobre lámina de papel.



viernes, 27 de abril de 2012

SOBRE TU LÁPIDA (67 X 46 Centímetros, bolígrafo sobre papel)



HISTORIA
-Las lágrimas ya no asomaban en sus ojos desde hacía ya siglos. Es la ventaja de ser una princesa de los no-muertos. Su deambular nocturno en busca de sangre fresca, no conseguía mitigar el dolor de su frío corazón. Sin embargo, ella intentaba cada noche olvidar el pasado, deseando no pensar en su hija. Pero ese trabajo, jamás le salió bien. Al atardecer, mientras los últimos rayos de luz diurna morían en el horizonte, visitaba la tumba de su amada Alba, y con rabia contenida, recordaba como se la arrebataron de entre sus brazos…
-Acababa de dar a luz a la pequeña, cuando fue mordida por uno de esos malditos “chupasangres” que merodeaban por los hospitales en busca de suministro sanguíneo. Dejó de amamantar a la pequeña, para evitar contagiarla. Todo iba relativamente bien, hasta que una noche, cuando la pequeña tenía diez años, la pilló in fraganti en su alcoba mientras succionaba con avidez la yugular de uno de sus esporádicos amantes. La niña era lo suficientemente espabilada como para saber que estaba ocurriendo, pero no dijo nada. La complicidad que había entre ellas no se rompió, pero Alba, jamás quiso que su madre la convirtiera en una nueva alma en pena, pendiente de la sangre de vidas inocentes, que simplemente cometieron el error de cruzarse en su camino.
-El día que Alba cumplió 12 años, el pueblo en el que vivían sufrió una plaga de peste. La gente moría por las calles, y las casas de los apestados eran marcadas con una cruz roja en sus puertas, para que nadie se acercara. Alba se contagió.
-Por más que la intentó convencer, ella jamás aceptó ser convertida en lo que era su madre. Prefería mil veces morir, a tener que subsistir a costa de otros semejantes.
-Por fin, una noche de primavera, Alba murió. El dolor de una madre que ha perdido a una hija, no muere nunca y si además es una dama de la noche, el dolor es eterno.
-Pero ahora, siglos después, las lágrimas ya no salen. Simplemente, ya no le quedan.





Imágen del proceso de dibujo.