sábado, 6 de septiembre de 2008



HISTORIA:
-La tarde empezaba a tocar su fin. Aquel muchacho se había adentrado en lo mas profundo del bosque, en busca de respuestas.
Cuentan los ancianos de la aldea, que en el corazón del “bosque viejo”, un dragón al cual llaman “Guardián de los árboles”, custodia desde hace siglos, la integridad de todas las plantas que en él moran.
Se dice, que en cierta ocasión, unos leñadores venidos de otras comarcas, intentaron talar los árboles del “Bosque viejo”. Al parecer, el sonido de las hachas despertaron de su letargo al dormido “Guardián de los árboles”.
Fueron devorados sin piedad, por el dragón enfurecido, que no lanzó ni una sola llama en el interior del bosque, para evitar lastimar a los árboles.
Ahora, aquel muchacho, era testigo de la veracidad de la leyenda. Ante él, un enorme dragón de color rojizo, deambulaba cabizbajo por entre los árboles, al acecho de cualquier enemigo que osara adentrarse en sus dominios.
Fue todo muy rápido, un simple despiste al dar un paso hacia atrás, y una pequeña rama quebró bajo el peso de sus pies. El dragón giró bruscamente la cabeza, y lo localizó con la mirada.
Solo pudo verle los ojos un segundo, que le pareció una eternidad. La sangre se le heló. Notó algo caliente que le bajaba por la entrepierna.
El dragón lo examinó mirándolo de arriba abajo, y al darse cuenta de que no era una amenaza, prosiguió su camino.
Aquel muchacho, había sido testigo de excepción, de la existencia del “Guardián del bosque”, y lo que era mas importante, había salido ileso del encuentro.
Eso si, debería cambiarse los calzones.